8 Octubre 2025
El Grupo Operativo Rede Galega de Granxas Modelo presentó esta mañana durante una jornada técnica los resultados de un estudio de costes sobre el vacuno de carne en Galicia en 2024, que aporta una visión actualizada sobre la situación económica de estas explotaciones y los retos de futuro.
Este trabajo forma parte de las actividades del Grupo Operativo promovido por la Fundación Juana de Vega, el Consejo Regulador de las IXP Ternera Gallega y Vaca Galega-Boi Galego y la cooperativa A Carqueixa, con la colaboración del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), dependiente de la AGACAL. Uno de los principales objetivos de este proyecto es mejorar la capacitación de los responsables de las explotaciones y de los asesores técnicos, favoreciendo una gestión más eficiente y, como resultado, una mayor rentabilidad y viabilidad de las explotaciones a largo plazo.
El informe, realizado por la Fundación Juana de Vega, se basa en la información suministrada en 2024 por 17 explotaciones de vacas nodrizas que forman parte de la Red Gallega de Granjas Modelo. Los datos revelan un modelo productivo de pequeña y mediana dimensión, con un rebaño tipo de 56 vacas nodrizas, alrededor de 60 hectáreas de base territorial, sustentadas fundamentalmente en el trabajo familiar y con una dedicación equivalente a 1,12 Unidades de Trabajo Agrario (UTA) por granja. De media, estas explotaciones comercializan 34 terneros al año, a lo que hay que sumar las ventas de animales de desecho y para vida, alcanzando una producción de 10.460 kg por ganadería.
El estudio revela que en 2024 los costes o gastos medios de una explotación de vacuno de carne ascienden a 85.950 euros anuales, incluyendo el salario de los titulares como trabajadores; mientras que los ingresos alcanzan los 88.615 euros. Esto deja un margen medio de beneficio, además del salario, de 2.665 euros al año. Traducido a kilos de carne, el coste de producción se sitúa en 8,22 €/kg, frente a unos ingresos de 8,47 €/kg, lo que deja un margen mínimo de 0,25 €/kg.
Si se analiza la renta disponible, es decir, el importe que quedaría para las personas propietarias si no se imputase dentro de los gastos su salario, la cifra asciende a unos 29.400 euros anuales por explotación.
Dentro de la estructura de gastos, la alimentación es la principal partida, con una media de 33.193 euros por explotación, lo que representa casi el 39% del total. Le sigue la retribución imputada al trabajo de las personas propietarias (31,1%), calculada tomando como referencia 1,5 veces el salario mínimo interprofesional. Las amortizaciones suponen un 8,4% de los costes y los arrendamientos de tierras e instalaciones, alrededor de un 6%. El resto se distribuye entre conceptos como sanidad y reproducción, seguros, tributos, gastos financieros y otras partidas menores.
Por el lado de los ingresos, la mayor parte procede de la venta de animales (67,4% del total), principalmente terneros, vacas de desecho y animales para vida. El resto corresponde a subvenciones públicas, que representan el 34,2% de los ingresos, con un peso muy destacado de las ayudas recurrentes de la PAC, que aportan de media unos 29.000 euros por ganadería.
Analizadas estas variables, el estudio de la Fundación Juana de Vega pone de manifiesto que, actualmente, las ayudas de la PAC son determinantes para la viabilidad de las explotaciones de vacuno de carne gallego. Sin ellas, los ingresos no permitirían cubrir ni siquiera un salario para los titulares de las explotaciones.
“En otras palabras, las ayudas públicas equivalen prácticamente a la renta disponible de las granjas, evidenciando la vulnerabilidad estructural y la necesidad de políticas públicas estables orientadas al fortalecimiento de un sector estratégico para el rural gallego”, manifestaba el director de la Fundación Juana de Vega, José Manuel Andrade.
“El vacuno de carne gallego —añadió— se basa en un modelo productivo sostenido por el trabajo familiar y con una fuerte dependencia de las subvenciones. Para garantizar su futuro es imprescindible avanzar en estrategias que mejoren la eficiencia productiva, refuercen la estabilidad económica y valoricen comercialmente la carne gallega.”
En este contexto, resulta evidente la necesidad de avanzar en la profesionalización y competitividad del sector, pues estas explotaciones son responsables directas de la gestión de más de 200.000 hectáreas de superficie agraria útil (SAU) en Galicia. Su actividad contribuye de manera decisiva a la prevención de los incendios forestales y a la conservación del paisaje en mosaico agroforestal, uno de los signos de identidad del territorio gallego.
Para que puedan seguir cumpliendo este papel esencial es imprescindible garantizar su rentabilidad, condición necesaria también para asegurar el relevo generacional y el futuro del sector en el medio rural.
Previamente, Adrián Sánchez, técnico de la Fundación Juana de Vega, analizó la coyuntura actual del sector, centrando su intervención en los factores que explican los elevados precios de la carne de vacuno en la actualidad. Entre las principales causas destacó la reducción de la disponibilidad de ganado registrada en 2021 y 2022, en un contexto de precios bajos y costes elevados, que se vio agravado por la guerra de Ucrania. A este escenario se sumaron el impacto de enfermedades como la EHE y el largo período de dos años necesario para incorporar nuevas vacas nodrizas al rebaño.
En esta jornada técnica participó también Lucía Fernández, responsable de proyectos de la Cooperativa A Carqueixa, quien explicó su modelo de negocio de venta directa en una carnicería propia situada en la Plaza de Abastos de Lugo o mediante la elaboración de platos precocinados.
Antonio Delpueblo, presidente de A Carqueixa, y Ceferino López, presidente de la Comunidad de Montes de Moreira, ejemplificaron en primera persona el papel fundamental que desempeñan las explotaciones en la conservación de los pastos comunales de alta montaña y en la gestión territorial.
Esta jornada técnica del Grupo Operativo Red Gallega de Granjas Modelo reunió a unas setenta personas, entre ganaderos y ganaderas, personal técnico, investigadores y particulares llegados a Cervantes desde toda Galicia. Además, contó con la asistencia de una comitiva de treinta ganaderos cántabros que estos días realizan una visita de estudio para conocer experiencias productivas en nuestra comunidad.
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